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10 Consejos para Alcanzar el Éxito Financiero – Robert Kiyosaki

El inversionista, emprendedor y educador. Robert Kiyosaki es autor de Rich Dad’s Real Estate Advantages: Tax and Legal Secrets Of Successful Real State Invertors (La ventaja de los bienes raíces de mi padre rico: los secretos fiscales y legales de los inversionistas en bienes raíces con éxito), su primer libro co-escrito por una contadora (Sharon Lechter) y un abogado (Garrett Sutton), el cual destaca las enormes oportunidades para obtener riqueza por medio de la inversión en bienes raíces. Es autor también de la exitosa serie de libros Rich Dad, Poor Dad(Padre rico, Padre pobre).

Su liderazgo de opinión, que ha retado y cambiado la manera en que la gente piensa acerca del dinero y la forma de invertirlo, lo ha llevado a aparecer en distintos programas y series de televisión de las cadenas CNBC, FOX, PBS y TVN (como Friends, En Vivo con Larry King, el programa de Oprah Winfrey y HOY), donde ha expuesto, ante el amplio público, su teoría de que para emprender un proyecto exitoso, la capacidad humana no tiene límites…

1. Emprender Está en la Mente

¿En qué nivel del juego deseas participar?

Mi padre me dijo: “El mundo está lleno de gente que quiere ser emprendedora. Se sientan tras sus escritorios, tienen títulos que suenan importantes, como vicepresidente o gerente, y algunos hasta se llevan un salario decente a casa.

Robert KiyosakiEstos supuestos emprendedores sueñan en comenzar su propio imperio comercial y tal vez un día, algunos lo harán. Pero creo que la mayoría no dará el salto y tendrán alguna excusa, alguna racionalización como `cuando los niños crezcan’, o ‘cuando tenga suficiente dinero ahorrado’”. “Pero nunca saltan del avión”, respondí, completando su idea.

¿En qué nivel del juego deseas participar? Mi padre rico continuó explicando que el mundo estaba lleno de diferentes tipos de emprendedores. Hay grandes o chicos, ricos y pobres, honestos y deshonestos, por ganancia y altruistas, santos y pecadores, de pequeñas ciudades e internacionales, así como exitosos y fracasados. “La palabra emprendedor es una palabra importante y tiene significados diferentes para distintas personas”.

Mi padre quería que comprendiéramos que cualquiera puede ser emprendedor. La niñera del vecindario es una emprendedora y también lo era Henry Ford. “Nuestro trabajo es decidir qué tipo de emprendedor quisiéramos ser, ambos son importantes para sus clientes. Es como la diferencia entre el futbol americano callejero, el de preparatoria, el universitario y el profesional”, cada uno tiene su público.

Cuando yo estaba en la universidad en Nueva York jugaba futbol americano, nuestro equipo tenía la oportunidad de practicar con jugadores de un equipo profesional, los Jets de Nueva York. Pronto fue obvio que los universitarios, aunque jugábamos el mismo deporte que los profesionales, estábamos en un nivel diferente. Como linebacker mi primera llamada de atención ocurrió cuando traté de taclear a uno de los Jets que regresaba para entrar a la línea. Creo que él apenas notó que le pegué. Sentí que trataba de parar a un rinoceronte en plena embestida.

Ese corredor y yo éramos del mismo tamaño, pero después de intentar taclearlo me di cuenta que la diferencia no era física, sino espiritual. Tenía el corazón, el deseo y el don de quien tiene talento natural para ser un gran jugador.

Hoy en día, no pretendo ser un emprendedor tan importante como Thomas Edison, Henry Ford, Steve Jobs o Walt Disney. Pero puedo aprender de ellos y usarlos como mis mentores.

2. Ser el Primero lo es Todo

Lecciones para volar muy alto en el mundo de los negocios y ganarle la batalla al contrincante

Una de las actividades más emocionantes de la Escuela Naval de Vuelo eran las persecuciones. La forma en que esta institución enseña estas prácticas o el combate aéreo, es que el piloto aprendiz despega, vuela sobre un área y espera a ser “asaltado”por el piloto instructor.

Robert Kiyosaki 4En una ocasión, durante una de esas lecciones, volaba a unos ocho mil pies de altura sobre tres granjas; el día era tan bello que olvidé que estaba en entrenamiento.

De pronto, el apacible vuelo fue interrumpido por el instructor que me pasó rozando, mientras gritaba por el micrófono “bang, bang, bang”. De inmediato, inyecté combustible en el motor, jalé la palanca hacia adelante, golpeé el ahogador y levanté la nariz de mi avión, esperando librarme del “atacante”. Al subir y girar a la derecha, pude ver a mi instructor justo detrás de mí. Coloqué el avión en picada, esperando perderlo, pero mi instructor seguía justo detrás de mí, todavía gritando “bang, bang, bang”.

Después de unos cinco minutos de maniobras desesperadas, me dijo: “La clase terminó. Estás muerto”.

De regreso al salón, noté que mi traje de vuelo estaba empapado en sudor. Después de hacer la bitácora de la clase de persecución, mi instructor comentó algo que nunca olvidaría.

Me explicó que en nuestro mundo de combates no había segundos lugares; sólo había ganadores o perdedores.En una persecución real, sólo uno de los pilotos regresa a casa.

Creo que una de las razones por las que regresé vivo de Vietnam fue que mi copiloto y yo practicamos una y otra y otra vez. Y volamos para ganar. Antes de cada vuelo, le recordaba a mi tripulación que nuestra labor era NO dar la vida por nuestra patria.

En lo personal, he aprendido más acerca de ser un emprendedor en mi entrenamiento militar, que en la escuela. En los negocios le dicen a uno: “Si no eres el perro guía, la vista es la misma”. También nos dicen: “El segundo lugar es el primer perdedor”.

La mayoría hemos oído la regla del 80/20. Pues bien, en el mundo del dinero, prevalece la regla del 90/10, es decir, 10 por ciento de los jugadores ganan el 90 por ciento del dinero. Esto es cierto en el golf, en las inversiones y en la vida de quienes inician su propio negocio.

Como emprendedores es importante ser ganadores. Es fundamental ser el primero. Si no juegas para ganar el primer lugar, entonces tal vez no deberías ser emprendedor. Hay formas más fáciles de ganar dinero.

3. La Importancia de La misión

Salvar una compañía al borde de la muerte: La misión no sólo es posible, es necesaria para mantener un negocio a flote

Robert KiyosakiHace un tiempo, una de mis compañías estaba en problemas: las ventas habían bajado, no teníamos nuevos productos, el estado de ánimo del personal andaba por los suelos y comenzaron a renunciar.

Era obvio que algo andaba mal con el liderazgo. El director general y su equipo no se comunicaban con mi personal o mis clientes. No habían desarrollado nuevas líneas de distribución, más bien acudieron a los clientes ya establecidos y los atosigaron para conseguir más ventas. No había nuevas iniciativas de mercadotecnia, en vez de ello, el director general contrató a un gerente de mercadotecnia que era grosero con su equipo y no conocía nuestros productos.

Al final, fue necesario despedir al director y a su equipo. Nos llevó tres meses hacerlo, y el foco de infección por fin fue saneado. Hoy, la compañía es totalmente diferente. Las ventas se incrementaron, las utilidades son fuertes y el estado de ánimo del personal es bueno.

¿En qué consistió la diferencia? La misión. La misión de la compañía había sido pasada por alto, y después se olvidó. Sin esa misión clara, el espíritu de la compañía fue desapareciendo.

La compañía agonizaba. Una vez que se restituyó la misión, la empresa recuperó sus fuerzas y comenzó a crecer. (Analizo la importancia de la misión como parte del Triángulo B-I en mi libro Rich Dad, Poor Dad (Padre Rico, Padre Pobre).

Hace poco me entrevistaron para una radio de Sudáfrica junto con uno de mis héroes emprendedores, Sir Richard Branson, fundador del imperio de la marca Virgin. Branson y yo hablamos de porque nuestras empresas estaban en Sudáfrica. Al escucharlo, se notaba claramente que estaba muy comprometido con su misión corporativa. En algún momento dijo:

“Estoy entrando en la economía sudafricana para competir con los titulares del sector. Están ganando demasiado”. Me pareció muy sincero al hablar de su deseo de tratar con equidad a los usuarios de teléfonos celulares en ese país.

Estaba en Australia cuando Branson incursionó en el negocio de las aerolíneas de bajo costo en Sudáfrica. Ahí también, se enfrentó a la competencia establecida. En poco tiempo, Virgin conquistó a los viajeros australianos.

Y una vez más Branson los convenció de su sinceridad corporativa. Estas son sólo dos de las veces en que este emprendedor se ha enfrentado a marcas fuertes y establecidas. El compromiso con su misión es una de las razones por las cuales Virgin es una marca global tan poderosa.

Mi padre rico me advirtió: “La mayoría de los líderes corporativos siguen de dientes para fuera la misión del fundador. Sin el espíritu de emprendedor, la compañía fallece y se convierte en un muerto viviente… un negocio sin espíritu”

4. Vender al Equipo

Como emprendedor, tu labor de ventas hacia tus empleados es compartir la visión y la pasión que tú tienes

Reunir dinero es el trabajo más importante que debe realizar un emprendedor. El segundo es vender a clientes e inversionistas porque es lo que hace despegar y crecer a los negocios. Este mes me concentraré en un grupo que es muy fácil pasar por alto cuando se considera a quién vender una empresa: los empleados. Tu éxito con ellos afecta no sólo a tus clientes e inversionistas, sino también tus resultados.

Tus empleados son la cara, la voz y el impulso de tu negocio. Y directa o indirectamente, todos son vendedores en tu equipo. La pregunta es ¿qué están vendiendo? ¿La visión y pasión que tienes por tu marca, tu misión… o algo menos poderoso y, en consecuencia, menos atractivo? Si lo que están vendiendo tiene menos de una alineación del 110 por ciento con el compromiso y visión que has marcado, entonces no están vendiendo bien a tu compañía y a tus clientes.

Muchas empresas luchan por sobrevivir porque a sus empleados no les gusta vender o no creen que en verdad desempeñen una función en el esfuerzo de ventas que afecta los ingresos y el crecimiento. Cuando esto ocurre, observarás que las ventas disminuyen y tendrás dificultad para reunir dinero. Tu problema (no) es la falta de dinero, sino la carencia de habilidad para vender.

Como emprendedor, tu labor de ventas hacia tus empleados es compartir la visión y la pasión que tú tienes. Es mantener la misión de la compañía siempre presente y dirigir las iniciativas y campañas hacia el cumplimiento de ésta.

Los mejores defensores de cualquier producto o servicio son quienes están “vendidos” a la marca y lo que representa. Como fundador de la empresa, no sólo debes transmitir tu visión del futuro, sino alimentar la pasión y el convencimiento de tus empleados. Esto es lo que los convierte en defensores, y éstos venden sin siquiera darse cuenta.

El liderazgo es la clave para crear y fomentar un espíritu de cooperación y eso para mí significa interactuar con frecuencia, alentando a los empleados a que tengan éxito e inspirarlos con la idea de un futuro brillante. El último elemento es de vital importancia. Si se tiene éxito en describir una visión sólida del futuro en la que los empleados quieran participar, los inspiraremos a lograr nuevos niveles de comunicación y ¡sí!, de ventas. Tu entusiasmo será contagioso y serán un reflejo fiel de la pasión y energía que tengas. Cuando te convenzas de que todos venden y que debes inspirar a los empleados demostrándoles la forma en que su actitud moldea el futuro, habrás establecido el estándar y habrás elevado las expectativas. Esto debe ser una prioridad las 24 horas del día.

5. Reglas Primordiales

Como líder de tu empresa, tú decides si cumples o no la ley. Un líder fuerte más reglas fuertes es igual a un negocio fuerte

Robert KiyosakiA menudo comienzo mis seminarios diciendo: “Yo hago las reglas; yo cambio las reglas; yo hago cumplir las reglas”. Después las expongo, así como las consecuencias de romperlas. Por ejemplo, si llegas tarde: $10. Si traes comida a la clase: $10. vendes anillos: $25. Explico que la razón de que existan reglas es para preservar la santidad del salón de clases.

Las reglas son creadas e impuestas por el bien del grupo. Pero existe una segunda razón para ser claro con respecto a las reglas. Siempre alguien las probará y buscará llegar a los límites. Sé que, a lo largo de los años, algunas personas se han ido diciendo que soy un dictador y exigiendo su reembolso. Yo les regreso su dinero con gusto y se van. Tú te estarás preguntando, ¿por qué ser tan duro con las reglas?

Sin reglas, hay caos. Peor aún: sin la imposición de reglas, el valor de los activos disminuye. Cuando los líderes de Enron rompieron las reglas, la empresa desapareció. En los vecindarios donde la ley no se cumple y el crimen crece, el valor de los bienes inmuebles cae. Imagina un partido de fútbol sin reglas o sin un árbitro.

Como líder, tú creas las reglas, las cambias, las haces cumplir. Pero, lo más importante, las cumples tú mismo.

Muchos negocios tienen problemas o fallan porque el emprendedor quiere ser educado o parecer popular. Los líderes débiles a menudo no tienen reglas, les dan la vuelta, las rompen o no tienen el valor de hacerlas cumplir. Un líder débil construye una empresa débil.

Un negocio viable necesita reglas. Sin embargo, el problema es que hay de muchos tipos: legales, éticas, culturales y morales. También hay reglas de comunicación. En nuestra empresa tenemos una ley para el “chisme”. Si alguien habla mal de otra persona, el que escucha debe decir, por favor díselo directamente a.

Claro que cuando hay demasiadas reglas, o éstas son anticuadas, confusas, inflexibles o hay una excesiva insistencia en hacerlas cumplir, sólo los robots se quedarán en la empresa. Al final, lo importante son los resultados: un líder fuerte más reglas fuertes es igual a un negocio fuerte.

6. ¿Quieres Éxito en tu Carnicería? No Contrates Vegetarianos

La clave es tener el equipo correcto: Contrata a las personas con pasión por lo que hacen y que compartan tu visión

Frecuentemente, los empresarios me preguntan: “¿Cómo encuentro a las personas correctas?”. Y mi contestación siempre es: “Primero, deshágase de las personas equivocadas”.

Una de las tareas más difíciles y más importantes a la hora de emprender es elegir al equipo correcto. Hace un año, mi amigo se enfrentó a este dilema: su empresa se había creado rápidamente pero estaba estancada. Había contratado a un nuevo director y a un administrador, pero las ventas seguían bajas y el personal estaba aletargado. Cuando me preguntó en qué podía estar equivocado, le respondí: “Contrataste a las personas equivocadas.

Es verdad que son listos y traen excelentes recomendaciones, pero están acostumbrados al mundo corporativo, no al ambiente emprendedor. Y lo más importante es que están aquí por el cheque y no para cumplir su misión.

Te recomiendo que los dejes ir”. “No puedo hacer eso”, dijo mi amigo. “Pagué una fortuna a la empresa que me los mandó y ahora tendría que pagar su liquidación. ¿Alguna otra idea?” “Claro”, respondí. “Si no puedes despedirlos y hacer cambios, quizá eres la persona equivocada para esta compañía.”

Hace muchos años, mi padre rico me dijo: “Contrata a las personas que se manejen por su misión… a la gente que comparta tu misión y visión. Si no lo haces así, tu empresa tendrá muchas presiones o, incluso, nunca podrá despegar del suelo”. También dijo: “Las grandes empresas se pueden permitir contratar a directores y empleados; los emprendedores tienen que contratar a misioneros”.

Una de las razones por las que Steve Jobs es el emprendedor modelo, es porque tiene misioneros dentro de su compañía, incluso fuera. De la misma manera que Harley–Davidson, los clientes de Apple son más que clientes, son misioneros. Jobs es exitoso porque es leal a su misión y exige lo mismo de su personal. La misión de Apple empieza en el núcleo de la compañía.

Le dije a mi amigo que él era la persona equivocada simplemente porque tanto él como su personal sólo mencionaban de dientes para fuera la misión de la empresa. Entonces le recordé: “La misión surge del corazón, no sólo de la boca.”

La palabra coraje viene del francés le coeur… el corazón. Es triste que mi amigo sea brillante en mente, elocuente, pero débil de corazón. Actualmente, el mismo director y administrador siguen en su empresa. Las ventas, la energía y la moral continúan cayendo. La compañía se está pudriendo desde su núcleo.

Cuando le pedí a mi padre rico que me explicará más sobre por qué contratar a personas con una gran pasión por cumplir su misión, sólo se rió y dijo: “Si tienes una carnicería, no contrates a vegetarianos para que la atiendan”.

7. Piensa Bien Antes de Dejar tu Trabajo

Esta es la primera lección que todo emprendedor debería saber antes de tener su propio negocio

Mi padre rico dijo: “A mitad del camino, el emprendedor comienza a crear un paracaídas y espera que se abra antes de estrellarse contra el suelo”.

Robert KiyosakiY también dijo: “Si el emprendedor se estrella contra el suelo antes de fabricar un paracaídas, es muy difícil que se vuelva a subir al avión y lo intente nuevamente”.

Para ustedes que conocen la serie de libros Padre Rico, bien saben que he saltado del avión muchas veces y no he podido construir el paracaídas. La buena noticia es que me estrellé contra el suelo y reboté.

Muchos de mis fracasos y éxitos fueron pequeños, así que el rebote no me dolió mucho, bueno, hasta que inicié mi negocio de carteras de nylon y Velcro. El éxito de ese negocio fue enorme, aunque también mi caída. La parte buena es que tuve la mejor experiencia comercial de mi vida.

Aprendí mucho acerca del negocio y de mí mismo a través del proceso de reconstrucción.

Una de las causas de mi terrible caída en el negocio de las carteras de nylon para surfistas fue que no presté atención a los detalles. Mi negocio creció tan rápido que llegó a ser mayor que la capacidad de los tres emprendedores que lo crearon. En otras palabras, nuestro repentino éxito fue acelerando nuestro fracaso.

El verdadero problema fue que no nos dimos cuenta de que estábamos cayendo.

Cuando el dique finalmente reventó, nuestro paracaídas no se abrió.

Durante mi infancia, mi padre pobre a menudo decía “ve a la escuela y obtén buenas calificaciones para que puedas conseguir un buen trabajo con buenas prestaciones”. Me alentaba a convertirme en un empleado.

Mi padre rico también a menudo decía “aprende a construir tu propio negocio y a contratar a buenas personas”. Me alentaba a convertirme en un emprendedor.

Un día, le pregunté a mi padre rico cuál era la diferencia entre un empleado y un emprendedor. Su respuesta fue que “los empleados buscan un trabajo después de que se construye el negocio. El trabajo de un emprendedor comienza antes del negocio”.

Por todo el mundo, los emprendedores les dan un beso de despedida a sus familias y salen hacia sus propios negocios con la idea de que resolverán sus problemas trabajando más arduamente y por más tiempo, pero no ven que estas dificultades comenzaron mucho antes de que hubiera un negocio y se detienen en actividades que no les dejan dinero. El problema es que si dejan de trabajar, el negocio se desmorona y se hunde. Si deseas iniciar tu propio negocio, antes de renunciar a tu empleo, primero habla con un emprendedor acerca de cuánto tiempo gasta en actividades administrativas que no producen ingresos. Y muy importante: pregúntele qué hace frente ese desafío.

8. Asegúrate que Sea Negocio

Esta es una lección que debes aprender para tener éxito como dueño de un negocio propio

Un amigo mío renunció a su trabajo bien remunerado con un gran banco en Honolulu y abrió una diminuta tienda de almuerzos en la zona industrial de la ciudad.

Como funcionario de préstamos, veía que los clientes más adinerados del banco eran emprendedores, así es que renunció a su trabajo y fue en busca de su sueño. Cada mañana, él y su mamá se levantaban a las cuatro am para preparar los alimentos que servían a la hora del almuerzo.

Los dos trabajaban arduamente, haciendo ahorros y recortando costos lo más que podían para ofrecer comidas deliciosas a bajo precio. Durante años, me detenía en el negocio, almorzaba y les preguntaba cómo les iba. “Algún día creceremos”, decía mi amigo. “Un día contrataremos gente para que hagan el trabajo duro en vez de nosotros”.

Ese día nunca llegó. Su mamá murió, el negocio cerró, y mi amigo aceptó un puesto como gerente de un restaurante de una franquicia de comida rápida. “El salario no es muy alto pero el horario es mejor”, me dijo la última vez que lo vi.

En su caso, su paracaídas no se abrió. Se estrelló contra el suelo antes de que pudiera construir un negocio. Mi amigo y su mamá estaban contentos, pero nunca avanzaron a pesar de trabajar arduamente. Me refiero a esta historia para explicar el mismo punto. La lección importante a observar aquí es que el negocio comenzó a fallar antes de que fuera un negocio. Y se pensó mal antes de que mi amigo renunciara a su trabajo.

El trabajo más importante del emprendedor comienza antes de que haya un negocio o empleados.

Su labor es diseñar una empresa que pueda crecer, emplear a mucha gente, agregar valor a sus clientes, convertirse en un ciudadano corporativo responsable, traer prosperidad a todos los que en él trabajan, ser caritativo y, finalmente, ya no necesitar al emprendedor.

Antes de que haya un negocio, el emprendedor exitoso ya lo dibujó en su mente. En palabras de mi padre rico, este es el trabajo del emprendedor.

Después de uno de mis frustrantes fracasos de negocios, acudí a mi padre rico y le pregunté. “¿En qué fallé? Creía que lo había diseñado bien”. “Obviamente no lo hiciste,” respondió mi padre rico con ligero sarcasmo. “¿Cuántas veces lo tengo que repetir? Soy el fracaso más grande que conozco”. Mi padre rico dijo, “los perdedores se dan por vencidos cuando fallan. Los ganadores fallan, hasta que tienen éxito”.

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9. ¿Debería Ampliar mi Negocio?

Método para convertir un negocio pequeño en uno grande

La esposa de un amigo, quien tiene un rentable estudio de gimnasia, recientemente me preguntó si debía abrir una sucursal en otra ciudad. “Mis amigos dicen que con el éxito que tengo, necesito extender mi negocio”, me comentó.

“¿Esos amigos son emprendedores que han abierto varias sucursales de sus empresas en la misma ciudad, en otros estados o países?”, pregunté. “Pues, no”, me dijo. “La mayoría son profesionistas exitosos: doctores, banqueros, abogados, agentes de la bolsa de valores o tienen algún pequeño negocio”.

“Puede que tengan éxito, pero como empleados, en su profesión o en su pequeña empresa”, contesté.

Entonces, “¿qué los califica para alentarte a ampliar tu negocio?”, cuestioné.

“Un negocio grande o uno pequeño, ¿cuál es la diferencia?”, dijo.

“Hay un mundo de diferencia”, le respondí. “Sólo porque tienes éxito en administrar un pequeño negocio no significa que tendrás éxito en administrar uno grande”.

Yo he aprendido a tener cuidado con lo que la gente me aconseja. En otras palabras, si uno quiere convertir una pequeña empresa en una grande, debe pedir consejo a alguien que haya erigido una gran empresa.

Las pequeñas empresas son la columna vertebral de la economía. Sin embargo, pocos son los emprendedores que las convierten en grandes empresas. ¿Por qué?

El Triángulo B-I de mi padre rico muestra los ocho componentes esenciales de un negocio o inversión de éxito: equipo, liderazgo, misión, producto, jurídico, sistemas, comunicaciones y flujo de efectivo. Si un negocio carece de (o es débil en) uno o más de estos ocho componentes, la empresa tenderá a fallar, dejará de crecer o tendrá dificultades financieras.

Por ejemplo, muchos emprendedores tienen buenos productos o servicios, pero son débiles en ventas y mercadotecnia.

En el Triángulo B-I, la palabra Equipo se equilibra con la palabra Liderazgo. Mi padre rico me dijo: “Un buen equipo exige un buen líder”. La Marina me enseñó, “no hay malos soldados, sólo malos líderes”.

Hay muchos emprendedores que no son buenos líderes, por ello no atraen a los colaboradores adecuados y no crecen.

La esposa de mi amigo se ofendió al oír esto. “¿Me estás diciendo que no soy una buena líder?”.

“No”, le contesté. “Te digo que para que amplíes un negocio pequeño necesitas mejorar tus destrezas y experiencia de liderazgo”.

Con anterioridad, ella había tenido problemas con empleados y socios. Quería hacer las cosas a su manera y bien. Creía que sus empleados sólo querían ganar más, sin dar nada a cambio, y que sus socios no la escuchaban. Salió de nuestra segunda reunión muy molesta y convencida de que las demás personas eran el problema, y no su forma de liderazgo.

Ahora abrió una sucursal, pero tiene los mismos problemas con su personal. Yo sigo opinando que sus problemas son de liderazgo.

10. Acerca de la Apariencia

¿Va a contratar a alguien para hacer crecer su negocio? Cuídese de las intenciones ocultas

Hace años, cuando Steve Jobs entrevistó a John Scully, quien laboraba entonces en Pepsi, le preguntó: “¿Quieres cambiar el mundo o vender agua azucarada a los niños?” Scully aceptó el empleo de Apple y (casi de inmediato) despidió a Jobs. La buena fortuna de Apple se fue a pique con Scully. Hoy en día, Jobs está de vuelta a la cabeza, y Apple nuevamente está cambiando el mundo.

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Hay un dicho popular que dice que uno repetirá la lección si no aprende de sus errores. Aunque estudié a fondo el error de Jobs, no aprendí la lección y acabé por contratar a mi propio Scully. Él también se dejó arrastrar por mi visión de cambiar el mundo. Y, como el Sr. Agua Azucarada, una vez que lo contraté, nuestro nuevo líder pidió a los tres socios fundadores de mi empresa que abandonaran el edificio. En un año, las ventas de la Compañía de Papá Rico se desplomaron. No se habían introducido nuevos productos. Los gastos se dispararon porque contrató “directores” con grandes salarios. El nuevo equipo ejecutivo dejó de comunicarse con el personal antiguo de la compañía. Comenzó una cultura de “ellos contra nosotros”.

El colmo fue cuando mis mejores y más leales empleados comenzaron a irse. Cuando cuestioné a nuestro nuevo líder acerca de estas renuncias, me mostró una lista del nuevo grupo del personal antiguo a quien estaba presionando para que abandonaran la empresa. Mis socios y yo estuvimos de acuerdo en algo: era hora de cambiar.

He cometido el mismo error varias veces en mi vida de negocios: pensar que alguien que asistió a una facultad de administración de empresas o que proviene de una gran empresa tiene la destreza y la sabiduría necesarias para ser un emprendedor.

Eso me recuerda la eterna pregunta: “¿Un emprendedor nace o se hace?” Todavía no sé la respuesta. Pero lo que sí sé es que si piensa hacer crecer su negocio, necesita tener cuidado al elegir a las personas que contrate para liderar esa expansión. Los emprendedores y los empleados son gente muy diferente. Jobs es, en verdad, un modelo para el éxito –y un modelo que casi cualquier emprendedor puede seguir de alguna manera.

Hoy en día, casi dos años después de la partida de nuestro efímero director, la Compañía de Papá Rico volvió a tener éxito. Tenemos nuevas alianzas estratégicas (incluyendo una con Donald Trump), un programa de televisión en PBS, así como el lanzamiento de una franquicia de Papá Rico. Las ventas aumentaron casi 20% en todas las líneas de productos, y los gastos disminuyeron. Y lo más importante: el ambiente laboral es excelente otra vez. Los empleados están contentos. ¿Por qué? Porque mejoramos nuestro enfoque en lo que realmente vale la pena: atender a los que desean aprender a través de la educación financiera.

 

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